La liposucción cuenta con una definición mucho más amplia. Con dicho término se logra denominar a cualquier procedimiento que se apoye en la tecnología para poder destruir células de grasas y, a su vez, las elimine del cuerpo a través de la succión.

La liposucción se utiliza para poder sacar grandes cantidades de grasa que se juntan en el cuerpo, en especial, en esas áreas en donde se acumula mucha cantidad de estas células grasosas, tal como lo son las piernas, el abdomen o las nalgas. No obstante, la lipoescultura es una liposucción menor, ya que se extrae una menor cantidad de grasa con el único fin de poder amoldar el cuerpo.

La lipoescultura puede ser clasificada en dos grupos: invasiva y la no invasiva. La primera es muy similar a la liposucción, debido a que requiere de una intervención quirúrgica. Para ello se necesita asumir todo el procedimiento: una serie de análisis médicos que prepararán al individuo que se operará, la anestesia y el procedimiento post-operatorio. Es completamente indispensable acudir a médicos que sean especialistas en el campo, y que tanto sus clínicas, así como ellos, estén reconocidos y cuenten con los permisos que son necesarios para realizar estas intervenciones.

Generalmente la rinoplastia toma de una a dos horas aunque los procedimientos complicados pueden durar más tiempo. Durante la cirugía, la piel de la nariz se separa de su estructura ósea y cartilaginosa en que se apoya, la cual es entonces esculpida en la forma deseada.

La anestesia general se administra a través de un tubo colocado en la boca y está indicada en cirugías que involucren reparación de desviaciones, fracturas, etcétera.