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Los labios son uno de los rasgos más sugerente de nuestro rostro. Darles un toque de voluptuosidad o devolverles un contorno que han perdido con el tiempo pueden dotar tu rostro de un toque de juventud y sensualidad.
Para conseguirlo puedes optar por la medicina estética. Gracias al aumento de labios o a un perfilamiento mediante un producto de relleno, conseguirás rejuvenecerlos devolviéndoles su turgencia y forma. Pero si tu problema es el rictus que rodea el labio superior, el láser resurficing puede ser tu mejor opción.
El aumento de labios o queiloplastia de aumento es la técnica que consiste en aumentar el volumen de los labios. Está dirigida especialmente a personas que, con la edad, el labio superior se ha adelgazado y se ha aplanado perdiendo su forma característica. Aunque la más conocida y practicada es la queiloplastia de aumento de labios, también existe el procedimiento contrario, que consiste en reducir el tamaño de los labios sobre todo en pacientes que han sufrido aumentos excesivos con sustancias permanentes.
Actualmente, y gracias a la evolución de las técnicas, el aumento de labios puede realizarse en una consulta autorizada. Sólo en algunos casos, esta intervención se realiza en un quirófano dentro de un centro hospitalario. Las técnicas más habituales para llevar a cabo un aumento de labios son las que utilizan injertos de grasa, implantes de colágeno o un compuesto de ácido hialurónico. La duración de la queiloplastia oscila entre 10 y 15 minutos y se realiza, generalmente, bajo anestesia tópica o local, dependiendo del paciente y de las preferencias del cirujano.
La recuperación es prácticamente inmediata y los resultados se aprecian al momento. Debe tenerse en cuenta que, tanto el colágeno como el ácido hialurónico no son permanentes y se reabsorben con el tiempo. En el caso del colágeno, es necesario repetir la acción a los seis meses, aunque si se ha elegido el ácido hialurónico, es posible que éste dure hasta más de un año.
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